En nuestra sección de invitados TOP, te presentamos a SWEET CLEAN. Un emprendimiento donde obtienes consejos sobre organización y limpieza de ambientes.

Tuve el placer de leer un libro que me dio la inspiración para escribir este blog; “Una nueva vida con plenitud” de Lucia Giovannini. A pesar de que el libro no tiene nada que ver con orden y limpieza me sentí inspirada por uno de los capítulos en particular, el cual habla de la diferencia entre la felicidad y placer; y si bien muchos solo lo enfocaríamos a algo más personal, mientras lo leía pensaba mucho en la similitud que hay y como nos sentimos ante espacios limpios y organizados, y como ellos influyen en nuestro bienestar.

Para comenzar voy a describir las palabras exactas que menciona el libro sobre que es felicidad y que es placer:


Felicidad.

“Surge cuando nuestras acciones contribuyen a una mejora en nosotros y en el mundo que nos rodea, cuando proporcionan un significado a nuestras vidas, cuando nos dirigimos hacia el cambio evolutivo. La felicidad se desarrolla a través de acciones correctas o inversiones que permiten acumular capital emocional y mental”.


Placer.

“Cuando saboreamos el placer estamos consumiendo algo, una buena comida, un buen vino, son momentáneos. A pesar de que probablemente sean capaces de inducir un estado positivo, desaparecen tan rápidamente como desaparece el estímulo externo”.

Cuando hablamos de felicidad son acciones a largo plazo que lo hace para uno mismo o para los demás; y es ahí a donde quiero llegar, la organización y la limpieza es una acción a largo plazo, ya que no solo está enfocada a espacios como el hogar, sino en cada lugar donde nos desenvolvemos; es un reflejo de quienes somos y como convivimos. Está demostrado que el desorden y la suciedad estresan y causa depresión en las personas.

Acumuladores.

El claro ejemplo son los acumuladores; seguramente vieron algunos programas sobre ellos, creen ser felices en el caos porque no quieren deshacerse de sus cosas, cosas que solo por instantes les causan “placer” pero al final del día lo único que hacen es ocupar un espacio y en ocasiones espacios que ya no tienen, y el desenlace es sentirse agobiado y deprimido.

Muchas veces compramos cosas que no necesitamos solo por el simple hecho de que nos gustan, que creemos que en algún momento las utilizaremos o por llenar un vacío, un vacío emocional. Créanme que es así, lo viví y vivo muchas veces esto. Cuando vayan a comprar algo piensen por qué lo están haciendo ¿Realmente lo necesito?, ¿Voy a utilizarlo?, ¿Qué espacio ocupará en mi casa, tengo uno asignado?, Si tengo algo similar ¿Reemplazará al anterior? o simplemente es para llenar algún vacío en mi vida.

¿No creen que tener capital emocional y mental es parte de tener espacios organizados?

No sé si les paso, pero muchas veces nos decimos a nosotros mismos, por paz mental tengo que deshacerme de esto, no me refiero al novio, está claro, me refiero a algo que ya no usan y ocupa espacio; o por paz mental tengo que ordenar mi despensa, garaje, ropero, etc. Si, el orden ayuda a nuestra paz mental y nos da felicidad, no solo a nosotros mismos, da armonía a toda la familia.


No llenemos de placeres o de desahogos emocionales nuestro hogar, lo llenemos de experiencias, vivencias, recuerdos y emociones; hagamos de nuestra casa un lugar placentero para vivir, donde cada espacio y cada detalle tenga mucho de cada miembro de la familia y donde todos compartan el deseo de vivir bien para así, mantener cada cosa en su lugar; salgamos de nuestra zona de confort y aprendamos a cambiar nuestro estilo de vida, a través de dos palabras “crecer y aprender”, “Cambiamos a medida que crecemos y mientras tanto aprendemos y desarrollamos nuevas capacidades, ideas y comportamiento. Las mismas cosas que aprendemos, las experiencias que vivimos, nos cambian”, Lucia Giovannini.

Por más espacios limpios y ordenados.

María José Calderón, Sweet Clean.

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